A QUIÉN NO INVITAR A TU BODA




Mamá: ¿No vas a invitar a la tía Violeta?😲
Novia: No…
Mamá: ¿y a tu tío Juan Carlos?
Novia: Uhmm… no, tampoco 😬

Puede que hayas tenido una conversación similar con tu mamá, papá u otra persona, pero te aseguro que no eres la primera novia ni serás la última que la tenga.

Creo que no hay nada peor en cuanto a organizar una boda que tener que invitar a alguien que no quieres ver ni en pintura, más aún cuando se trata de un familiar y, en teoría, estás en la obligación de invitarlo porque si no “vas a quedar mal”. Que si la tía, el tío, la prima, la suegra (bueno a ella si hay que invitarla, ¿no?), la sobrina, el cuñado, el exy así un sinfín de personajes que probablemente no querrás ver ese día. Ya sea porque nunca se llevaron bien, porque intentó quitarte al novio, porque te miró mal, porque siempre está a la defensiva, porque cuando están juntos habla maravillas de ti, pero cuando te das la vuelta le crece la lengua, porque nunca lo has visto y de la nada apareció dentro de tu árbol genealógico y cree que va a ir a comer gratis, etc. Sea por los que motivos que sean tú tienes la última palabra. 



Así como tardas tanto en elegir la iglesia, el local, el catering, el dichoso vestido entre todas las demás cosas que implica una boda, y evalúas pros y contras para que todo salga perfecto; los invitados son una pieza fundamental porque son las personas con las que tú has elegido compartir ese día tan especial y los que van a marcar la diferencia entre hacer tu boda inolvidable o no.
Si la vida fuera tan fácil como hacer “chas” y que la gente que no te cae desapareciese de tu lado o, al menos, las horas que dure tu matrimonio otra sería la historia de muchas novias, pero como ese es un deseo un poco difícil de cumplir acá te traemos unos consejos.
Antes que nada, si eres de las que no les importa lo que piense el resto o los involucrados en el asunto, pues no te hagas dramas y no te amargues la vida dando explicaciones que están de más. Pero si te gusta quedar bien con los invitados y, sobre todo, con los no invitados aquí te damos unos trucos para lidiar con lo que quedaron fuera de tu lista.

“El presupuesto no me alcanza”

Decir que por motivos del presupuesto que disponen solo están invitando a personas que cercanas con la que se sienten cómodos y que por eso no la/lo has considerado no están jalado de los pelos como crees. De hecho, muchas parejas recurren a esta excusa.




 “…pero si tú no me invitaste”

Este recurso es muy usado y no hay pierde si es que están pensando ponerlo a prueba. Si no me invitaste a tu boda no esperes que yo lo haga a la mía.




“Es que mis papás lo están pagando”

Si es que tus papás están financiando gran parte de la boda, esta frase puede ser la excusa perfecta para obviar de la lista a esa persona. Aunque también podría ser lo peor que hagas, pero seamos optimistas y pensemos que todo va a salir como esperas.



Y si todavía estás dudando en invitar a ciertas personas te pido que contestes estas preguntas.

- ¿Te cae bien?
- ¿Has estado en contacto con él/ella en el último año?
- ¿Pasan tiempo juntos(a) después del trabajo, estudios?
- ¿Mantienen una buena relación más allá del hecho de ser familia?
- ¿Me invitó a su boda? O ¿Me invitaría a su boda?
- ¿Es importante su presencia?
- ¿Hará la fiesta más divertida?

Si la mayoría son sí, tengo que decirte que es la/el indicada(o) para estar contigo el día de tu boda y si, por el contrario, en la mayoría está jalado, puedes ir diciéndole ¡thank u, next!

Por: Karin Bustinza

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